Cualquier alicantino que tenga aproximadamente mi edad, o sea mayor que yo, si oye hablar del "Instituto", seguramente pensará en un instituto, el Jorge Juan. El decano de todos los institutos, y prácticamente el único hasta hace relativamente pocos años. Como se explica en otros artículos que relaciono al final, su creación data de mediados del siglo XIX (sí, diecinueve), si bien su actual ubicación se remonta a 1950, y el nombre (mejor nombre, imposible), a 1960.
Desde siempre, ha sido parte fundamental tanto de la historia con mayúsculas de la ciudad de Alicante, como de las miles y miles de pequeñas historias personales de los miles y miles de alumnos que poblaron, y pueblan sus aulas. Yo, que no he sido alumno del Jorge Juan, reconozco como mías muchas de ellas, y es que, al menos en mi época de escolar, esas historias trascendían fuera de sus paredes. Desde cualquier otro centro escolar se miraba al Jorge Juan con cierto respeto y consideración.
Y, desde hace algún tiempo, según me cuenta mi amigo Nacho Sendón, profesor del centro y ex alumno del mismo, el Jorge Juan languidece. La crisis, y esas soluciones ingeniosas para sacarnos de ella, que pasan siempre por quitar dinero de donde más falta hace para ponerlo donde sobra, están favoreciendo que este centro, patrimonio histórico y cultural de TODOS los alicantinos vaya quedando en una situación de casi olvido y menosprecio que sin duda no es la que se merece.
Hace unos días tuve la fortuna de poder visitar el Jorge Juan. Acompañado, muy bien, por Nacho, Alacantí de Profit, también ex alumno, y sobre todo gracias a la cortesía de sus director, don José Miguel Baeza, del que recibimos todas las facilidades del mundo.
Para mí, lo reconozco, fue una experiencia muy grata. Visitar ese edificio de la mano de los magnificos guías, Nacho y José Miguel, y escuchando los acertados apuntes y recuerdos de Alacantí os aseguro que es muy enriquecedor. Y también fue una visita sorprendente. Me encontré con un edificio que da la sensación de estar muy bien construido, con unos ambientes muy agradables, unos materiales muy funcionales y resistentes (todo el azulejo de las paredes es el original de 1950, por ejemplo), unos rincones muy modernos, y otros que nos remontan a otras épocas, más juveniles para el edificio, pero tal vez menos felices para la población, como la marca en la que se levantaba el muro que separaba a las chicas de los chicos, en los años en que era impensable la educación mixta.
Pudimos visitar cuanto quisimos, subimos a los tejados, comprobamos no solo la situación privilegiada en la que está ubicado, sino la magnífica integración con la ciudad...y la cosa, siendo ya de una capital importancia, no quedó ahí, porque pudimos disfrutar de parte de los fondos educativos centenarios del centro. Una bilbioteca sencillamente impresionante, unos laboratorios de física y química con instrumentos y productos muy antiguos, algunos del siglo XIX, libros añejos, exposiciones de fósiles, animales disecados...
Eso, todo eso y -intuyo- mucho más es el Jorge Juan. La emoción, el orgullo, que en todo momento aprecié en Nacho, José Miguel y Alacantí se me contagió, y los hice míos, porque creo que es el orgullo y la emoción que todos deberíamos sentir ante una institución importantísima de nuestra ciudad, y a la que inmediatamente debemos poner en su lugar, en el lugar que se merece por méritos propios.
Me queda la duda de que mis fotos puedan transmitir todo lo que acabo de contaros, pero confío en que os podréis hacer una idea. En todo caso, por favor, impidamos que el Instituto, nuestro instituto, languidezca hasta morir.
La fachada principal, es una parte del paisaje de nuestra ciudad
Los arcos dan personalidad propia al edificio
Un ángulo muy moderno y fotogénico
Los azulejos originales que marcan la estética del interior del edificio, como el primer día
Desde la azotea
La antigua cabina de proyección del salón de actos
Lugar por el que pasaba la pared que separaba a los chicos de las chicas. Juntos, pero no revueltos
Encontrado en un rinconcito (¿cómo no?) por quién encuentra todos los detalles, Alacantí de Profit
Animales disecados
El salón de actos
La imponente bilbioteca
Nacho mostrándonos los "tesoros" del laboratorio de química
Pesas en el laboratorio de física
Y otra sorpresa: un aparato de rayos x portátil, usado en la primera guerra mundial, e inventado por un español
Un grupo escultórico de Carrillo
Las escaleras, las famosísimas escaleras del Jorge Juan, "decoradas" por algunos descerebrados
Esta es una de las vistas desde el Jorge Juan. No se puede pedir más
Enlaces relacionados:
Os faltan los mosaicos de Gastón Castelló, ver las cerchas compuestas y entramado de la cubierta del salón de actos, los artilúgios de física, el antiguo proyector de cine....
ResponderEliminarSeguro, seguro que nos faltan esas y otras muchas cosas más. El edificio y su contenido dan para varios artículos y cientos de fotos más.
EliminarFui alumno durante 1968-70 de Dña. María Pascual, catedrática de Lengua y Literatura, que nos dijo que el instituto debería haberse llamado Gabriel Miró pero que por culpa (y enfatizaba con malhumor) de la propuesta de un catedrático de Ciencias se adoptó el nombre Jorge Juan (y lo pronunciaba marcando mucho las consonantes).
ResponderEliminarEl nº 1 creo que es d. Gabriel antón, profe mío de Matemáticas. Y la 25, Dª Carmen Caparrós, de Lengua y Literatura, luego compañera de departamento en mi paso fugaz por el centro.
ResponderEliminarEn la segunda foto, la nº 4 es Dª Carmen, "LA Faraona", y el 16, el Sr. Burillo.
ResponderEliminarAparte de su valor emblemático en la historia de la enseñanza alicantina, creo que no exagero al afirmar que, con seguridad, es uno de los institutos más acogedores de España debido a la gran valía de su claustro de profesores, del que José Miguel y Nacho son una paradigmática representación.
ResponderEliminarFue un placer enseñaros el centro y compartir las cosas de él que nos gustan. Me han gustado muchísimo las fotos, ya Nacho me había dicho lo buen fotógrafo que eras, ahora lo puedo corroborar yo mismo, pero lo que más te agradezco es el cariñoso artículo que nos has dedicado. Muchas gracias, Diego, a tí y a Alicante vivo por este espléndido post.
ResponderEliminarGracias, José Miguel. Este pequeño articulo habría sido condenadamente difícil de hacer sin tu ayuda y hospitalidad.
EliminarRecuerdo vagamente a "El Boli", a "Santana"," A Cravioto Rios", a "Biedma" que llego de Argentina, "El Dominguez", "El Guti"...y tantos otros, que los tengo en la puntita de la legua, y no me vienen ...En fin.
ResponderEliminarDE los queridos profesores.."El Pardal", y como no a esos bigotes que apestaban a tabaco del bedel,,,MmmmMe encontrareis en skype:Escamerlan.
Mi nombre Jose Alfredo, espero volver a encontrarme con mis antigus compis de clase.
Intento Contactar en :https://www.blogger.com/profile/05521960673725391949, con Diego J. Escolano, y me viene a la memoria nuestro querido profesor de Inglés Diego CAMPOY, creo recordar, y un compi, que entró en la Marina Mercante, delgado y con gafitas.y que vivia a los pies del Instituto.
ResponderEliminarLo del "BOLI", venía a cuento pues este colega de clase, era, menudo, pelirrojo, con pecas, y gordito...por eso, que pareceia una bola, venía lo del "BOLI". A mi me llamaban "El ruso", otras veces y mas tarde "el Soviético". Por las botas de lluvia de hule negro...y que me ponía los pantalones por dentro, y poruqe en las clases de bandurria, arrancaba trinos como las "BALALAIKAS rusas". ¿Quien no se acuerda de Roberto CASTELLÓ.."El CALI"...Bien. Vamos a ver si el auotr dle blog me contesta, y seguimos hablando y recordado cuando íbamos a fumar "pinico", al Castillo de San Fernando, cuando haciamos "PELLAS"...Jajajajaa!!!!
Bueno...pues casi 4 años después reaparezco y nadie a contestado!!! Ayer contacté con un señor que vendía una casa, y resultó ser un viejo alumno ¡De la misma clase!
EliminarJuan Carratala. Le voy a hacer llegar éste postrer comentario y los dos añadidos tiempo atrás- septiembre de 2016- Hay alguien por ahí!!!!